¿Irreal?
Se hace el silencio, un inquietante silencio que recorre cada extremidad de su cuerpo tensando todos y cada uno de sus músculos. Una gota de sudor frío le resbala por la mejilla y tembloroso, avanza con precavido cuidado por el corredor que se dibuja frente a él. Cada paso que da, hace tambalear todos y cada uno de sus cimientos, revolviendo sus pensamientos y añadiendo más y más preguntas a las cuales él no es capaz de responder.
Se detiene, observa a su alrededor, el mundo visto desde esa perspectiva se presenta fantasmagórico, solitario, irreal, como si fuese el decorado de un pésimo telefilm de esos que prefieres no ver. Mira hacia atrás y los flashbacks le atraviesan provocando un derroche de sensaciones y sentimientos en su interior. Mira a sus pies, está cansado, tiene miedo, tiene frío y justo en ese instante empieza a llover. Intenta refugiarse en un pretencioso escaparate, pero éste se cae como si tan solo fuese cartón mojado, descubriendo que detrás no hay más que un silencio tan solo roto por esas gotas que le resbalan por el contorno de los ojos.
Apresuradamente saca el mapa que lleva en su mochila con la esperanza de recordar el camino a su destino, ése que estuvo trazando esperando disfrutarlo mientras descubría el mundo, pero hoy éste parece más lejano y tortuoso que ayer, lo que parecía estar claramente señalado, ahora es poco más que un borrón.
Guarda el mapa, se ajusta la mochila a la espalda y consigue resguardarse en esta habitación esperando a que o bien amanezca, o bien la noche le termine de atrapar.
Entonces y solo entonces, se despierta, y durante tres segundos, se permite el lujo de pensar que todo ha sido un mal sueño.
Kiros