Caminando entre árboles.

Posted on 17:58 by Kiros | 1 comentarios

Las hojas crujen a lo lejos, el silbido del viento resuena en mis oídos y, en una calma contemplativa abro los ojos a la par que observo con sumo detenimiento el paraje que se extiende a mi alrededor. Decido ponerme en pie, y sin más dilación, empezar a caminar con un paso suave, abstraído en mis pensamientos, como si todo lo que me rodea no fuese conmigo. Una ligera luz grisácea se filtra entre las nubes y se deja ver entre las copas de los árboles, definitivamente hay elementos con los cuales no puede la frondosidad del manto verde que me recubre y eso, sin duda, es esperanzador.

Observo cuidadosamente durante el transcurso de mi travesía los árboles que me rodean, están aquí, observan mi paso, pero no me acompañan y, según siga mi camino, les perderé de vista y posiblemente mis pies no vuelvan a topar con sus raíces, paradójico y triste, pero sin duda realista. Cuando uno empieza a viajar sueña con llegar a cientos de destinos, pero, según vas añadiendo kilómetros a tus travesías, observas que lo esencial no es aquel destino soñado, si no que lo verdaderamente importante es el viaje y cada uno, es libre para decidir a donde encaminarlo y por supuesto, elegir acompañante. Y no, estimado lector/a, no se confunda, realmente se me antoja complicado separar mi camino de quien me acompaña, y no hay momento, en el que no anhele rejuntar los andares.


(...)

El traqueteo del vagón me devuelve a la realidad y me despierta de mi trance mientras me pregunto cuanto de realidad tendrían aquellos pensamientos que en sueños, me han inundado el subconsciente. Observo a través del cristal y contemplo todos los elementos que, junto con el paisaje, se van quedando atrás a la par que sonrío con un tinte melancólico hacia mis adentros.
Lentamente, voy girando la cabeza hasta toparme con esos ojos que tanto me fascinan, posesión de la persona que provocó que olvidase cual era mi estación y que me fuese indiferente el destino del tren en el cual me encuentro. Como otras tantas veces, me pierdo en su mirada, una sonrisa se me dibuja en el rostro y de mis labios se escapa un susurro que contiene un "te quiero".

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