Desde lejos

Posted on 21:18 by Kiros | 3 comentarios

Susurra el viento por las calles vacías y angostas, ciudad oscura donde la calma se ha hecho lugar
entre la premura. ¿Qué le pasó? ¿El paso del tiempo le dejó mella? ¿Qué es lo que esconde bajo el manto de asfalto? ¿Por qué siguen erguidos con su mirada imponente aquellos grisáceos edificios? ¿Hace cuanto que no sale el sol? Y...¿por qué, por qué está vacía?

Creo que quizás nadie acostumbró a vivir en ella, quizás simplemente era lugar de paso o puede que no fuera más que un proyecto inacabado.

Cuanto más la observo, más natural me siento caminando por sus ahogados corredores, hace tiempo que comprendí que en esta ciudad solo hay un habitante y pese a todos sus defectos, este ácido lugar no deja de resultarme enigmático, cada paso que doy me incita, empujado por una misteriosa fuerza, a adentrarme cada vez más en la frondosa jungla de cemento gris. Perdí la cuenta de cuando se cubrió el cielo con el manto negro, no sé cuanto hace que llueve ni tampoco sé cuando parará, pero lo que si sé es que la lluvia limpia hasta los lugares más profundos de este peculiar lugar.

¿Y que hay?

-Silencio

Silencio que trae calma, calma que se adentra hasta en el alma más inquieta. Todo está bien, aquí
todo estará bien, aquí estoy bien. Me limito y limitaré a observar el horizonte desde la más alta de las construcciones, con el temple y la razón que me ha otorgado el día tras día.

Desde la lejanía se puede observar una silueta que desde su privilegiada habitación en la cúspide de la ciudad, pasa el tiempo observando avezádamente el laberinto que se emerge bajo su figura, una silueta que cuando cae la noche...miento, aquí siempre es de noche.

Kiros





3 comentarios:

Snevens dijo...

¡Mira! ¡Salgo en la imagen! ¡Sí, sí!

Estoy en el centro, tercer cruce a la izquierda... Pero la solución para no desesperar dentro de un laberinto es simple, no tratar de salir de él. Los laberintos de la mente los forjamos nosotros mismos, los de la vida aparecen cuando tratamos de escapar de los de la mente e irónicamente, los de la mente sólo desaparecen cuando nosotros intentamos afrontarlos y acabamos desapareciendo de los de la vida (o encontrando la salida). Lo que vengo a decir es que la solución no siempre es buscar la solución, a veces no hay solución. A veces basta con huir un tiempo para que desaparezcan los laberintos. Cuando no hay a quien tener atrapado, el laberinto deja de tener sentido para existir, ergo simplemente se desvanece y pasa a ser un mero recuerdo de antiguas preocupaciones. Desaparecer un tiempo calma las cosas, los sentimientos y las emociones. Quizás cuando vuelvas es todo un solar vacío, o quizás el laberinto no ha hecho más que esperarte, pero ¿qué puedes hacer si no huir cuando la salida es inexistente?

Gracias por dejarme usar tu blog para crear mi nueva entrada.

Conor dijo...

"Todo está bien, aquí todo estará bien, aquí estoy bien."
-Creo que ha quedado claro el concepto xD


PD:
Jejeje, me acabo de dar cuenta, de que para votar por cada post, están las opciones "Buena", "Interesante" y "Normal".
Y... ¿donde está el botón de "No lo entiendo"?
Yo le daría siempre xD

Manuel Garcia dijo...

JEJEJEJE KIROS UN paso por delante loco


Bueno donde esta el post q pondrias

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